¿A qué atribuimos la idea de la Animación Sociocultural?
A menudo, solemos vincular al profesional de la animación
sociocultural como una figura de diversión y animación, incluso aquellas personas
que tenemos relación directa con el ámbito socioeducativo; en general y más
concretamente, tendemos asociarlo con la idea de “payaso”.
Por el contrario, bajo nuestro punto de vista, la animación
es mucho más que una dinamización. Tal y como afirma Gillet en su libro “La animación en comunidad. Un modelo de
animación socioeducativa” la
animación es una praxis, esto significa que cuando hablamos de animación hay
intención de cambio social, entendiendo que este se pueda llevar bajo una educación activa.
Sin embargo, es necesario irse a la raíz del término para
poder analizar este concepto. Así, esta concepción podemos englobarla dentro de
dos términos, concebidos como independientes: cultura y sociedad.
Hablamos de animación social porque dinamiza e interactúa en
un sentido bidireccional con diferentes grupos sociales. Por su parte, haríamos
referencia a la animación cultural en
tanto que busca qué con las acciones de los grupos sociales se contribuya a crear cultura y
participar en esta.
A partir de las ideas anteriores ya podemos forjar nuestra
propia idea de Animación Sociocultural, pues entendemos esta como el proceso por el cual mediante
diferentes acciones se pretende además de integrar a los sujetos en su medio
social y cultural, que estos transformen con su participación activa el entorno
sociocultural en el que se desarrollan.
Además, cuando hablamos de animación es
necesario explicitar las funciones que tiene el profesional. Destacaremos un
proceso mediante el siguiente esquema:
A nuestro entender, esta idea de Animación Sociocultural
está estrechamente vinculada con la Acción Comunitaria, pues el objetivo final
de esta es que los participantes sean agentes transformadores de su propio
desarrollo.
Por último, vamos a exponer una
pequeña consideración de una Animadora Sociocultural y estudiante de Educación
Social, que a pesar de no haber ejercido como Animadora tras su titulación, sí
que proporciona su propia visión al preguntarle la siguiente cuestión: ¿Qué
sentido tiene hablar de Animación Sociocultural independientemente de la
Educación Social?
La Animación Sociocultural se me planteó como un posible puente hacia
la Educación Social y como un trabajo que
aunque en el sentido propio de la palabra trabajo no se puede considerar como
solidario, sí que se trata de una profesión que contribuye al bienestar de
personas vulnerables o en riesgo de exclusión social. Posible puente porque
permite que dos partes u orillas que aparentemente están enfrentadas y con esto
me refiero a la Animación Sociocultural y a la Educación Social, puedan estar a
la vez unidas. Ambas profesiones, tanto la del Animador Sociocultural como la
del Educador Social, recorren aunque no el mismo, un camino paralelo que les
permite experimentar realidades similares. Intervienen por y para los
colectivos vulnerables. Es por ello por lo que no puedo entender la una sin la
otra, pues además, la Animación Sociocultural forma parte de uno de los ámbitos
de la Educación Social.
Quizás, uno de los aspectos que
hallo como posible diferenciación es precisamente ese sentido de “cultural” que
si que integra el profesional de la Animación. No obstante, el hecho de lo
social, lleva consigo una integración del sujeto de la educación en la
sociedad, en la cultura, en la vida.
Para finalizar, os dejamos con una viñeta que hemos realizado la cual ejemplifica de manera paródica las diferentes visiones en torno a la Animación Sociocultural tal y
como hemos hecho referencia anteriormente.
Maribel Bordal, Begoña Granell y Neus Zapater
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